Más fábulas donde tu eres la luna y yo el sol y la moraleja es ninguno de los dos.

Mientras menos vida tengo, más mundos paralelos se forman.
Escribir es la mejor manera de mentir. Nunca me crea.

octubre 14, 2009

Re-descubriendo a través del gusto


La comida y la bebida pueden generar una experiencia estética por si solas. Pero esta se eleva a otro nivel al agregarle la compañía de tus seres queridos. Como un proceso de condicionamiento entre la comida y la sensación grata de ese momento, los invitamos a recordarlo por medio de la degustación del vino, el chileno, ese que tantas veces ha estado sobre nuestra mesa, sin pensar sobre todo lo que este conlleva.


Food and beverage can generate an aesthetic experience if alone. But this rises to another level by adding the company of your loved ones. Like a process of conditioning between food and the pleasant feeling of that time, we invite you to remember in the tasting wine, the Chilean, that which repeatedly has been on our table without think above all that this entails


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Chile quiere a sus tradiciones y costumbres. Están siempre están ahí, aunque se intente ocultarlas o menospreciarlas. De esta rica variedad me interesa principalmente la gastronomía, ya que nos acompaña día a día, con la familia y amigos o solos cuando vamos apurados y compramos algo en un carrito en la calle. Como chilenos no podemos imaginar nuestro país sin comidas como la cazuela, sopaipillas y note con huesillos.


Si tuviera que elegir una imagen que represente la cultura gastronómica, tomaría una foto a una familia típica almorzando un día domingo. Con un asado a la parilla para celebrar un cumpleaños, un partido de la selección, las fiestas patrias, el día del padre o sólo porque se les dio la gana. O disfrutando una cazuela, comiendo empanadas o porotos.


A pesar de que el plato principal puede cambiar, los acompañamientos se mantienen. Sentada la familia a la mesa, al medio están las ensaladas: tomate con cebolla, lechuga, porotos verdes, papas mayo, pebre. Para tomar, bebidas de fantasía varias, jugo en polvo o natural hecho en casa. Y el infaltable vino para acompañar a la carne de vacuno, chancho, pollo, vienesas, longaniza o mariscos.


Me detendré en este punto. El vino es una bebida muy usada y valorada en varios países del mundo. En Chile, país productor de este, él se vuelve un elemento central para las comidas en familia, como un ritual. No se trata de tomar vino cuando se está solo, en un velorio o en una fiesta cualquiera. El vino se reserva para ocasiones especiales.


Una sola copa de vino es todo un mundo por descubrir. Detrás de esta bebida de sabor mixto, entre dulce y amargo, podemos encontrar toda una disciplina encargada de elaborar el producto y luego evaluar la calidad de este. Pero más allá de los aspectos técnicos el vino representa al campo, con sus hileras de vides, a la tierra.


Volvamos a la comida. La familia reunida, conversando, comiendo y tomando vino. Es una ocasión especial. Nos llegan estímulos de diversa índole, visuales, olfativos, gustativos, el agrado emocional, la risa. Todo es una experiencia sola.


"El vino siembra poesía en los corazones." (Dante Alighieri)


"Y vino que regocija el corazón del hombre mortal, para hacer brillar el rostro con aceite, y pan que sustenta el mismísimo corazón del hombre mortal." Salmo 104:15


A fines de este catálogo, rescataré el sentido del gusto. La comida, un símbolo nocturno místico, tan casual y tan cotidiano, es un aspecto básico del ser humano. Más aún con la familia. Con la madre, abuela o nana que preparó nuestras comidas y luego nos alimentó (la madre como arquetipo, relacionada con ternura y protección).

En esta pintoresca escena de la comida, podemos encontrar varios símbolos contenedores, como las fuentes y platos. Y el vaso o copa en el que se sirve la bebida.

Qué tendrá el vino y esa mezcla de sabores que lo dejan como un trago especial. Reservado para ocasiones especiales. A la falta de ellas, muchos al solo olerlo ya sienten el sabor (sinestesia) y al degustarlo recuerdan sus niñez, cuando sus padres no los dejaban probarlo. Estaba reservado sólo para los grandes.

Talvez esa sea la razón por la cual me rehúso a tomarlo. Los domingos, junto al pescado, está ahí enfrente de mí. Me ofrecen, lo rechazo. Compartir con mis padres el “honor” de hacer brindis con una copa de vino y no con un vaso de bebida significaría irremediablemente que ya soy adulta y tengo responsabilidades. Prefiero seguir observando la botella destapada como un objeto místico e intocable.

Aún así cuando siento olor a vino pienso en día domingo. Invitamos a todos a probar el vino que les presentamos. Que su sabor, que perdura después de tomarlo (retrogusto) los invite a recordar. Y no quedarse en eso, si no que también revivir esos momentos de reunión con la familia y amigos. Ahora que todos viven acelerados y no se dan tiempo ni siquiera para comer tranquilamente. De seguro viviríamos mejor si el momento de “llenar la guatita” fuera de descanso y no un trámite que nos hace perder nuestro valioso tiempo.



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Verán que me las doy de artista. Por lo menos me va mejor que en Introducción a la narración, donde me tiraron al suelo mi ya baja autoestima diciendo que tenía pésima redacción y colocándome varios rojos. No es mi culpa no tener el talento, ya? (aunque Fabiola Parra haya dicho lo contrario).

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