Una de las canciones de la madre mala me recordó mucho a Chicago. De hecho la canción de la madre a Rapunzel no era sólida, cambiaba mucho de ritmo, parecía hecha a la rápida.
Es predecible. No hay nada que odie más. Salvo que te narren la historia de tal manera que lo olvides.
Estoy chata de las protagonistas adorables, son vacías y no tienen nada que entregar. Son muy pocas protagonistas Disney de las cuales te podrías enamorar. No sé qué le ven los chicos a ellas.
Flynn es un criminal, se fugó de la cárcel y se libró de todo por tener algo con la princesa. Así con los contactos.
No sé cuál es el afán de Disney por las ucronías. ¡¿Mozart?! (Nunca he podido olvidar a Hércules y los vaqueros). Si van a hacer una película de época que sea de época.
Otra de mis manías es acerca de los animales. No soporto los animales que hablan. Últimamente han preferido animales con características humanas pero que no hablen (e.g. Ratatouille). El camaleón está simplemente de más. Pero el caballo... oh, lo odié. ¡Es un caballo, no un perro!
Me impresionó lo fácil que Rapunzel pasó de decirle a su madre-mala 'I love you more' a tratarla mal y luego ver a sus padres biológicos, que acababa de conocer, como si nada.
Y lo de la lágrima... sin comentarios.
Sí, soy muy pesá pero es mi blog y no me importa. #corta
